La OMS – Organización Mundial de la Salud– ha hecho recientemente una advertencia muy clara sobre el uso de sustitutos del azúcar: No deben usarse edulcorantes bajos en calorías para adelgazar.
El motivo de esta advertencia son los resultados obtenidos en una revisión sistemática de estudios científicos que concluyen que el uso de edulcorantes sin azúcar no aporta ningún beneficio a largo plazo en la reducción de la grasa corporal. Es decir, reemplazar los azúcares libres con edulcorantes sin azúcar no ayuda a las personas a controlar su peso a largo plazo. Según declaraciones de Francesco Branca, director del departamento de nutrición y seguridad alimentaria de la OMS. “Se observa una leve reducción del peso corporal a corto plazo, pero no se mantendrá”.
Pero más allá de su efectividad con respecto a la pérdida de peso, la revisión ha indicado que podría haber “efectos indeseables potenciales” por el uso a largo plazo de sustitutos del azúcar, como un riesgo levemente mayor de diabetes tipo 2 y enfermedades cardiovasculares.
Desde Obymed, como especialistas en el tratamiento del sobrepeso, aclaramos aquí algunos conceptos relacionados con el consumo de edulcorantes sin azúcar.
¿Es mejor tomar azúcar que edulcorantes bajos en calorías?
No, eso no significa que sea mejor tomar azúcar que edulcorantes bajos en calorías. Tomar azúcar tampoco es bueno para nuestra salud. El alto consumo de azúcares libres está directamente relacionado con el sobrepeso y con enfermedades no transmisibles relacionadas con la dieta, que son las principales causas de muerte en todo el mundo.
Por tanto, ni edulcorantes bajos en calorías ni azúcares libres en grandes cantidades, lo verdaderamente saludable es reducir al máximo el consumo de azúcares. De hecho, la OMS insiste en que es necesario disminuir como mínimo un 10% el consumo de azúcar libre de la ingesta calórica total.
Obymed: Nuestra visión como expertos en el tratamiento de la obesidad y en nutrición
Desde Obymed insistimos siempre en la importancia de mantener una dieta saludable ya no exclusivamente por cuestiones de sobrepeso sino por salud.
Una dieta saludable (de manera muy resumida) supone disminuir el consumo de grasas saturadas, azúcares libres y alimentos procesados. Y es que el consumo de azúcares se dispara porque consumimos muchos más azúcares de lo que creemos. La mayoría de alimentos procesados que consumimos contienen azúcares o edulcorantes. De este modo, debemos apostar por los azúcares naturales, aquellos presentes en frutas y verduras y cuyo consumo es saludable. En paralelo debemos reducir la ingesta de azúcares libres que son todos aquellos que se añaden a los alimentos, bien por parte de los fabricantes o por los propios consumidores.
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