Balón Gástrico

El balón gástrico se coloca mediante endoscopia oral. No es una cirugía, por lo que no hay cicatrices externas ni internas.

El procedimiento endoscópico se realiza con sedación por parte del anestesista.

Es un procedimiento seguro y, además, el paciente no sufre ningún tipo de molestia tanto durante la implantación como durante la retirada.

Antes de colocarle el balón gástrico el paciente, habrá sido visitado y valorado por nuestro equipo médico, nutricional, psicológico y deportivo, para revisar que todo el tratamiento es idóneo y realizar una primera valoración inicial. En ella, se explicará detalladamente todo el proceso y se resolverán todas las dudas.

Además, se habrán realizado análisis de sangre y otras pruebas para completar el estudio inicial y minimizar cualquier posible riesgo.

El balón gástrico está indicado en pacientes con sobrepeso tipo II (IMC>27), obesidades leves y moderadas (IMC entre 30-39) y obesidades severas (>40) que no quieran someterse a cirugía, o esta esté contraindicada.
También, se puede contemplar como puente a la cirugía bariátrica para perder peso antes de la misma, en el caso de obesidades muy severas.

Para asegurar la ausencia de contenido gástrico antes del procedimiento, es necesario una dieta líquida el día previo y ayuna completa (sólidos y líquidos) 8 horas antes del procedimiento.
Deberá ir acompañado por un familiar o amigo. Posteriormente, no podrá conducir ni realizar actividades peligrosas porque se disminuyen los reflejos por la sedación anestésica, al igual que ocurre en la realización de una colonoscopia o gastroscopia diagnóstica.

Es normal que los primeros días, después de la colocación del balón gástrico, el paciente tenga náuseas, vómitos y/o molestias abdominales, similares a las que puede producir una gastroenteritis.

Es importante que el paciente siga las recomendaciones de Obymed, que le pautará un tratamiento y dieta específica para disminuir o eliminar dicha sintomatología para que la adaptación sea lo más liviana posible.

Su intensidad irá disminuyendo a medida que pasen los días y el estómago se irá acostumbrando al balón gástrico.

El procedimiento, en manos expertas de un endoscopista bariátrico, es sencillo y tiene una duración media menor a 15 minutos.
Una vez implantado el balón gástrico, el paciente permanece controlado en una sala de recuperación, donde irá eliminando la anestesia mientras se le administra un suero para hidratarlo, junto con la primera dosis de medicación para mejorar la adaptación inicial.

Al cabo de unos 45 minutos el paciente se puede ir a casa.

El balón gástrico es un procedimiento mínimamente invasivo, sin cirugía, por lo que el periodo de recuperación suele ser rápido.

Habitualmente los pacientes tardan entre 24 y 48 horas en reincorporarse a su vida laboral, aunque dependerá de la adaptación individual al balón.

Tras la implantación, y una vez en casa, la tolerancia suele ser bastante buena durante el primer día debido a la medicación introducida con los sueros y a que el paciente se mantiene en ayunas, con el estómago en reposo.

Las molestias suelen comenzar en el día siguiente o una vez se comienza la tolerancia a líquidos, por lo que es muy importante seguir las recomendaciones médicas y dietéticas de los protocolos de Obymed para que la adaptación sea lo mejor posible.

Actualmente, podemos encontrar una amplia gama de balones intragástricos. En Obymed nos decantamos por aquellos dispositivos médicos que presenten la máxima calidad disponible, con el fin de asegurar a los pacientes la eficiencia y la seguridad de nuestras técnicas.

Disponemos de la marca más destacada a nivel mundial, el balón Orbera, el más seguro del mercado. Esto se debe, en primer lugar, a su extensa experiencia de más de 20 años en el sector. Su composición, comprobada y avalada por expertos en gastroenterología y hepatología, está fabricada con una silicona especial patentada cuya resistencia es superior, garantizando un resultado totalmente satisfactorio y seguro. Son más de 300.000 balones implantados a nivel mundial.

El balón se puede llenar entre 400cl y 700cl de suero dependiendo de las características del estómago y del paciente.

Una vez realizada la gastroscopia diagnóstica, en la que descartamos cualquier tipo de lesión u contraindicación que pudiera existir, el endoscopista de Obymed decidirá el volumen de llenado, que suele ser de entre 500-650cc, ya que existe evidencia científica que afirma que llenar más el balón no implica una pérdida de peso superior y sí una peor tolerancia.

El balón Elipse se introduce por la boca mediante una cápsula que contiene el balón. El paciente deglute la cápsula sin necesidad de endoscopia y ésta alcanza la cavidad gástrica. Una vez allí se infla y, trascurridos 4 meses, se comienza a degradar y se elimina con las heces.

En nuestra experiencia y coincidiendo con la opinión de los grupos de expertos en endoscopia bariátrica nacional (SEED y GETTEMO), creemos que introducir un cuerpo extraño en el estómago sin previamente realizar una endoscopia diagnóstica no es lo más adecuado, ya que ésta nos va a permitir valorar correctamente el estómago y así poder descartar cualquier patología que pudiera contraindicar la colocación del mismo.

Además, la degradación del balón Elipse es a los 4 meses, y creemos que es insuficiente para alcanzar una pérdida de peso óptima y poder conseguir un cambio de hábitos consistente para poder mantener el peso perdido a largo plazo.

Según la Organización Mundial de la Salud, el alcohol es una sustancia psicoactiva nociva para la salud, sobre todo en consumos elevados, limitando la calidad y expectativa de vida.

Por otro lado, desde el punto de vista nutricional, el alcohol no es un nutriente, es una sustancia con gran carga calórica (elevado contenido en azúcares), por lo que no es recomendable para la pérdida de peso.

Además, el alcohol produce un enlentecimiento de las digestiones y mayor propensión a que exista reflujo y acidez, por lo que puede producir aún mayores molestias en los pacientes con balón intragástrico, aunque su composición no se deteriora.

El balón Orbera tiene una válvula de cierre especial que impide su vaciamiento y llenado posterior una vez colocado.

No existe evidencia científica que los balones gástricos que permiten rellenarlo después de la implantación consigan mejores resultados en cuanto a la pérdida de peso, y sí mayor índice de complicaciones por la existencia de la laceración en la mucosa de este tipo de válvulas, que sobresalen del balón y producen úlceras.

En función del tipo de balón, pasados los 6 o 12 meses desde de la implantación, el paciente ya se ha adaptado al cambio de hábitos gracias al trabajo realizado con el equipo multidisciplinar de Obymed.

La retirada no debe suponer ningún cambio y, en base a nuestra experiencia, el paciente no lo percibe como tal ni tiene mayor apetito, volviendo el estómago a su morfología habitual. Para que esto ocurra, es fundamental tener adherencia al tratamiento y seguir con las pautas del equipo médico.

Presentamos dos balones de diferente duración: 6 meses y 12 meses (Orbera 365), buscando la mayor adaptabilidad posible a las necesidades de nuestros pacientes.

La principal ventaja del balón Orbera de 12 meses (365) es que, al permanecer más tiempo en el estómago, bien directa o indirectamente, hay mayor tiempo para trabajar en los cambios de hábitos, estando especialmente indicados en pacientes con mayor índice de masa corporal (IMC) y en aquellos que presentan características que nos indiquen una posible mayor dificultad para el cambio del estilo de vida.

No obstante, el equipo médico de Obymed, tras el estudio detallado por todos los profesionales, le podrá recomendar el balón más indicado en su caso.

El balón Orbera te permite viajar en avión, montarte en atracciones de feria que no tengan impacto directo en el abdomen y bucear hasta 15 metros.

No obstante, para una mayor personalización, consulte al médico de Obymed cualquier pregunta que tenga al respecto.

El porcentaje de retirada precoz del balón intragástrico en las publicaciones científicas ronda el 7-8%.

En nuestra experiencia, con los datos analizados de más de 2.000 balones implantados, el porcentaje de retirada precoz durante el primer mes por intolerancia es menor al 1%, probablemente gracias a nuestros protocolos médicos y nutricionales mejorados a lo largo de los años.

El desinflado o posible rotura espontánea del balón es muy infrecuente, y su incidencia es muy baja (cercana a cero). No obstante, el balón se llena con suero teñido de un colorante, el azul de metileno, que nos permitirá valorar esta ínfima posibilidad mediante la coloración azul o verdosa de la orina. En ese caso, se debe poner en contacto con la clínica para realizar pruebas complementarias que valoren el balón y, en su caso, programar la retirada.

Si ya es muy infrecuente esta posibilidad, más aún lo es la migración a los intestinos, ya que el orificio de salida del estómago es muy pequeño y cuando se produce el desinflado normalmente no es completo, lo que permite su retirada sin incidencias.

Según los estudios científicos, se estima una pérdida de peso de entre 12-15kg, aunque depende de las características del paciente y del peso inicial.

Nuestros pacientes han tenido una pérdida media de peso mayor de 21kg.

Seguir las pautas de medicación y nutrición indicadas por el equipo de Obymed.

No, con el balón Obymed se puede hacer vida normal y ejercicio físico.

Es importante cumplir una dieta semilíquida (purés) y baja en residuos 7 días antes, y líquida 3 días antes, para asegurar la ausencia de contenido gástrico previo al procedimiento.

La técnica de retirada es sencilla, de similar duración (15 minutos) y, también, mediante endoscopia oral bajo anestesia, por lo que el paciente no tendrá ninguna molestia.

Se realiza primero punción del balón, después vaciado y finalmente retirada del mismo con una pinza especial.

El médico de Obymed le informará detalladamente de las contraindicaciones del balón.

A grandes rasgos, estas serían la existencia de lesiones agudas de la mucosa gástrica, la existencia de hernia hiatal grande (mayor de 5cm), enfermedad por reflujo severa, esófago de Barrett, enfermedad de crohn con afectación de tramos altos, alcoholismo y enfermedad psiquiátrica grave o mayor.