1. José Luis ¿llevaba mucho tiempo en sobrepeso?
Prácticamente toda la vida.
2. ¿Cómo decidiste poner fin al problema
Mi situación de salud había empeorado bastante los últimos años debido a mi obesidad mórbida y las complicaciones que ella había conllevado en mí. Problemas circulatorios, tensionales y limitación funcional para realizar actividades cotidianas.
3. ¿Habías recurrido antes a otro tipo de tratamiento para perder peso?
He sido la típica persona que siempre ha estado a dieta, unas por iniciativa propia y otras con apoyo médico, con buena respuesta inicialmente pero al cabo del tiempo me cansaba y volvía a las andadas. Quizá el error está en que asociamos la palabra dieta a algo que tiene principio y final, y cuando llega ese final volvemos a la alimentación anterior. No nos damos cuenta que esto no es una dieta sino un cambio de hábitos para toda la vida y que este cambio de hábitos debemos verlo como un valor añadido a nuestra vida y no como una renuncia a lo que antes nos gustaba. Precisamente, porque lo que antes nos gustaba es lo que nos ha llevado a una situación alarmante de salud.
4. ¿Cómo conoció la técnica del Método Apollo? ¿Conocía a alguien más que hubiese utilizado esta técnica?
Por mi condición de médico y la necesidad de cambiar mi vida, comencé a estudiar mucho sobre la obesidad y sus posibles tratamientos quirúrgicos. En mi caso, lo que estaba indicado era el Bypass Gástrico, pero, sinceramente, después de haber atendido en urgencias a muchos pacientes con complicaciones, era un método que rechazaba de pleno. Viendo otras opciones como el Balón Gástrico o el Método POSE, fue como descubrí el Método Apollo, el cual desconocía previamente, y empecé a estudiarlo.
Gracias a mi hermana, que también es médico, conseguí el teléfono de una paciente intervenida por este método en Obymed y me ayudó mucho su testimonio.
5. ¿Cómo fue la intervención?
La intervención fue perfectamente. Al estar anestesiado con anestesia general no te enteras de nada y al día siguiente estás de alta en tu casa. Las primeras 36 horas las pasé más revuelto, pero, a partir de ahí, la mejoría fue espectacular y al cuarto día ya estaba dando paseos por la calle.
6. Y a partir de ahí ¿Cómo fue todo el proceso?
Las primeras semanas son complicadas porque tienes que adaptarte a una alimentación de tolerancia oral, muy reducida y líquida, pero se lleva bien gracias a la ilusión que has depositado en ese cambio de vida. En algunas ocasiones puedes notar demasiada flojedad o mareos y para evitarlos te recomiendan unos batidos que suplen las carencias de esos momentos. A partir de la cuarta semana, prácticamente podía comer de todo, con un seguimiento estricto por mi nutricionista, el cual me ayudó a reeducar mi ingesta. Las revisiones en la clínica son fundamentales, tanto con el preparador físico que te orienta el ejercicio indicado en función de tus necesidades, como con el nutricionista que te reeduca en cuanto a tu alimentación, como la psicóloga que es un bastón fundamental para amueblar tu cabeza y hacerte fuerte ante la adversidad, dándote armas con las que combatir la ansiedad y haciendo reforzamiento positivo de todos tus logros.
7. ¿Está satisfecho con los resultados? ¿Cuántos kilos ha perdido?
Cuando hablé con el Dr. Rafael León en Clínica Obymed, confirmé lo que yo tenía claro, y es que precisaba una técnica que me ayudara a perder peso inicialmente para ser capaz yo mismo de coger las riendas de mi vida y así ser yo el responsable de esa pérdida de peso sin delegar esa responsabilidad sólo y exclusivamente en la intervención. De esta forma, adquirí un compromiso personal con el cambio de hábitos en mi vida para alcanzar el objetivo de lograr un peso saludable.
Después de cinco meses y medio desde que me realizara el Método Apollo, he perdido ya 42 kg.
8. Además de la pérdida de peso ¿qué más cambios ha supuesto el tratamiento en su estado general de salud/calidad de vida?
Cambios en todos los sentidos. He dejado de tomar el tratamiento para la hipertensión y el colesterol porque se han normalizado. Ahora duermo plácidamente toda la noche, cosa que antes era impensable. Tengo una agilidad de movimientos para caminar, para correr y para jugar con mi hijo que antes no tenía. Puedo ponerme calcetines y los zapatos sin problema y sin asfixiarme. Puedo sentarme en sillas de plástico de las terrazas sin miedo a romperlas. He bajado de la talla 66 de pantalón a la 54. Todo es positivo.
9. En definitiva, ¿cuál es la valoración general del tratamiento?
Por todo lo hablado anteriormente, se puede concluir que mi valoración es muy positiva y, como dicen muchos pacientes, me da pena no haberlo hecho antes. Aposté por mi vida y estoy ganando la apuesta.
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